
Los alimentos están impregnados de pesticidas, el aire está repleto de polución y nuestras mentes se ven afectadas por un estrés severo. Si te sientes cansada/o y debilitada/o, lo más probable es que sufras una sobrecarga de toxinas y necesitas dar un descanso a tu cuerpo para que recupere el equilibrio.

Las toxinas son proteínas o lipopolisacáridos que se instalan en nosotros causando daños. Pero el cuerpo es sabio, posee su sistema de eliminación de toxinas.
Se trata del funcionamiento del hígado, órgano que las metaboliza para ser neutralizadas, convirtiéndolas en formas menos dañinas y solubles en agua que pasan a los riñones y se eliminan con la orina, y también cuando sudamos, de ahí la importancia del ejercicio físico.
Pero cuando el número de toxinas es muy grande, nuestro cuerpo no puede eliminarlas todas por sí solo y eso favorece el envejecimiento prematuro y las enfermedades, no sólo de la piel, también de las células.

No puedes hacer desaparecer los contaminantes externos, como las emisiones de los automóviles, el humo, los rayos solares o la tecnología, pero si puedes construir un sistema inmunológico fuerte para poder hacer frente a esta embestida de la tecnología.
· Es fundamental llevar una dieta equilibrada.
· Tomar dosis adecuadas de vitaminas, minerales y fibras.
· Beber, como mínimo, de un litro y medio a dos litros de agua al día.
· Los alimentos deben ser naturales, no procesados o precocinados.
También es importante:
· Hacer ejercicio con regularidad, mucho mejor al aire libre, aunque se trate de simples paseos.
· Intentar controlar los niveles de estrés y dormir unas ocho horas diarias.
· Consumir con moderación el café, el té y el alcohol.
· No fumar.
No podremos evitar que las toxinas entren en nuestro organismo pero sí contribuiremos a su mejor eliminación, de tal modo que no puedan acumularse en él causándonos daños.
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