Utiliza la fuerza de tu ducha para estimular la circulación sanguínea, mejorar el tono de la piel y eliminar la celulitis.
   Recorre tu cuerpo con una ducha de alta presión por las piernas y las nalgas y en dirección hacia el corazón, alternando el agua fría con la caliente durante 30 segundos cada una. 
   Para iluminar un cutis cansado y flojo, dirige un chorro menos fuerte hacia la cara, moviéndolo en pequeños círculos. 
   Después, en seco, dale palmaditas.
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